Los ojos de los gatos, herederos de la visión felina
Los gatos, ese viejo amigo entre los felinos que goza de tanto amor como aversión. Existen muchos tópicos en torno a estos animales, “místicos”, “insensibles”, y sobre todo, “traicioneros”. ¿Qué tienen los gatos para que los humanos piensen eso de ellos sin poder comunicarse? Pues bien, una mirada lo dice todo, y los ojos de los gatos son ese gran desconocido que inspira desconfianza y pavor entre el resto de seres vivos.
No es solo por su forma rasgada, ni por sus colores inigualables, que elevan la belleza de este animal, sino por lo que hay detrás. La visión que guardan los ojos de los gatos es un potente arma a su favor, aunque muchos no lo sepan.
¿Qué diferencia los ojos de los gatos?
Los documentales ya lo han adelantado. Ataques rápidos e infalibles que se llevan por delante cualquier tipo de presa, a la que no habríamos visto de no ser por ese arsenal de cámaras y teleobjetivos. Lo que les hace implacables su visión, más efectiva aun cuando cae el sol y los humanos no ven más allá de lo que tengan inmediatamente al lado.
No es necesario transportarse a la sabana africana, los gatos domésticos son el sujeto más claro y cercano a los humanos para realizar una comparación bastante odiosa. El tapetum lucidum, que también está presente en perros y tiburones, es ese hándicap que hace que los ojos de los gatos absorban una gran cantidad de luz antes de llegar a la retina. Una luz que este tejido refleja y agudiza la visión del gato, que enfoca mejor con baja iluminación. Haciendo también que sus ojos brillen en la oscuridad y sientas cómo el vello se te eriza al mirarlos.
Una visión infalible
Precisamente debido al tapetum lucidum, esta cualidad infalible no lo resulta tanto cuando sale el sol, ya que limita la calidad de la visión cuando hay un exceso de luz. Pero esto no supone contratiempo alguno para estos pequeños felinos, que gracias a la raya visual ven suficientes colores, entre los tonos azules y verdosos. Además, sus ojos están muy bien protegidos gracias a la membrana nicitante, que a la vez los lubrica para que siempre estén preparados. Otro dato que debemos saber es que tienen una mayor amplitud visual, mientras que en los humanos no superan los 180º, en los gatos llega hasta 200º. Una mirada siempre al acecho.
Puedes olvidarte de tu ailurofobia y no temer más a los gatos. Lo único que diferencia a estos felinos de cualquier otro animal doméstico es su «vista de lince», por encima de la media animal, sin olvidar que la belleza de sus ojos también se encuentra en otra dimensión.